Viendo más allá de La Pampa y de Toay



Hace unas cuantas semanas, cuando se conoció el primer caso de infección de COVID-19 en La Pampa, fue realmente penoso ver el accionar de muchas personas. En Whats App, ya se había difundido el nombre de la persona, dónde vivía, suposiciones de cómo se había infectado, entre tantas otras cosas. En Facebook, se compartían imágenes y los comentarios daban mucha bronca: “que reciba un castigo”, “si por esta persona hay más contagiados acá, hay que cagarlo a palos”, “cuando pase todo esto va a cobrar”. Muy triste ver hasta dónde puede llegar una persona atacando a una víctima de este virus, realmente con estos actos muestran la hilacha y dejan mucho que desear como parte de la sociedad.
Viendo más allá de La Pampa y de Toay, entré a pensar y me puse un rato en el lugar de “ellos”, en el lugar de cada persona que desgraciadamente terminó portando el virus. Entre tantos infectadxs, focalicé en los que habitan los barrios más vulnerables, y eso sí que me parte al medio. Me parte al medio el saber que en una habitación duermen prácticamente de a ocho personas, que casi ningún habitante de las villas tiene su sueldo por más que no pueda trabajar, que el “bichito” este va a lograr entrar en esos lugares y va a dejar el tendal. Soy de informarme bastante (no solo en cuarentena) y las villas son esos lugares que me llaman la atención para mal; todavía no puedo entender como un país tan rico en recursos es incapaz de combatir la pobreza como se debe. Y acá no me importan los partidos ni las ideologías políticas, porque esto es de hace décadas y décadas donde el que siempre termina ligando es el que menos tiene.
Quizás me fui un poco del lugar a donde quise ir llegando en este texto, pero solamente espero que a partir de todo esto que nos está pasando el mundo tenga un giro rotundo, reaccione y se dé cuenta de todas las cosas malas que se hacen. Hay que priorizar la salud ante todo, hay que meterse realmente en la pobreza de este país y de todos los demás y solucionar, no romantizarla. No puede ser que los países del primer mundo tengan más armamento militar que elementos necesarios en los hospitales. Deseo con todas mis fuerzas que aprendamos de cada error cometido. Deseo que seamos un mundo totalmente renovado. O, por lo menos, espero yo mismo renovarme.
Esta postal la agregué al texto porque creo que muestra mi manera de renovarme de la forma más pura. Es en este lugar donde, de distintas formas, logro desconectar un rato la cabeza de todo, y eso no tiene comparación. ¿Qué tiene que ver con la cuarentena y el coronavirus? Que la mayoría de las personas en este tiempo se olvidó de su salud mental y es tan grave como olvidarse de la salud física.
Julián Barth


Comentarios

  1. Qué buena foto!! gracias por compartirla... y sí, esta pandemia nos va a cambiar, y ojalá sea para bien... ojalá que, de tan encerradas que tenemos que estar, empecemos a sentir la necesidad de estar con otra, con todo lo que eso implica

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