Cuarentena en mi habitación
A cuarenta días
de la cuarentena, en mi habitación, pienso en muchas cosas que podrían haber
sido pero no fueron. Se suponía que era mi último año de secundaria, “el
mejor”. Esperé durante cinco años este momento, mis compañeros, mi campera, mi
promo, mi viaje de egresado, mi fiesta, mi vestido, mi noche y mi diploma, soñé
con todo esto en el verano y ahora eso quedó atrás.
Hoy hay otras
cosas más importantes en el contexto de una pandemia. Las necesidades de
cada familia, las personas que la están pasando mal como estamos hoy en el
mundo. Las noticias y las malas informaciones al respecto cansan y, en verdad, te hacen enojar.
Los que están
afuera y no pueden volver, las personas que tienen que trabajar y no se pueden
cuidar, la policía, los trabajadores de salud, esas personas que no tiene la
posibilidad de elegir quedarse en su casa. También están las personas que andan
en la calle, como si nada y no piensan que ellos se pueden contagiar porque este
virus le puede agarrar a cualquiera.
Con diecisiete
años, me cuesta estar encerrada porque quisiera juntarme con mis amigos, más de
una vez me gustaría salir, no lo niego, no es fácil. A su vez tengo a mi mamá
que trabaja en un comercio y tiene que ir todos los días para que la gente
pueda ir a comprar lo que necesita y eso da miedo porque puede traer el virus a
mi casa. Son muchas cosas para la cabeza de un adolescente que solo pensaba
disfrutar su último año.
MILIQUIROGA
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