La cuarentena nos afecta en nuestra vida



Mi familia y yo nos acostumbramos al aislamiento que ya lleva un mes y medio aproximadamente. A diferencia de los primeros días que fueron realmente complicados, lo llevamos mejor.
Al comienzo las noticias eran tan terribles que se hacía difícil tener ganas de nada. Me costaba tener ilusión por levantarme y hacer cosas. Hay que ayudar y contribuir en la medida que se pueda. Cuando te das cuenta que la expansión del virus es verdad al ver las noticias y los demás medios de comunicación, empiezas a ser parte de la solución y no del problema.
Todos somos la solución a esta pandemia, una forma de serlo es ser comprensivos/as y humanos/as con el otro. Desde esta perspectiva, pensé en los diferentes casos que planteo a continuación:
La situación sobre la cuarentena es que he visto muchas noticias acerca de la gente que está afuera, gente varada en los aeropuertos. A aquellos que viajaron al exterior, se les exige que se mantengan aislados y recluidos en sus casas por un lapso de 14 días. La gente que está en otras ciudades turísticas no puede volver a Argentina, ya que cerraron las fronteras, y se tienen que quedar con miedo, inseguridad y lejos de su hogar ante todo lo que está pasando. Esta es la situación que padecen, cuando todos/as sabemos que el mejor lugar para cuidarnos en nuestra propia casa. Por su parte, la gente que pudo volver a sus hogares, debió modificar su rutina; al tener que estar aislados cierta cantidad de tiempo ya que, si salen afuera, pueden contagiar; al no saber si están infectados o no.
Mientras que nosotros estamos a salvo en nuestros hogares, hay gente que la está pasando muy mal. En estos días ha aumentado la violencia de género, en general, por parte de las parejas de las víctimas, por eso mismo aumentaron los llamados al 144 (número de atención ante una situación de violencia de género). Además, aunque tengamos que hacer cuarentena, la delincuencia sigue igual.
También es necesario pensar en aquellas personas que no tienen la economía para solventar sus gastos, un trabajo estable, una familia que lo ayude si está en problemas, si tienen muchos hijos y están solas, no van a poder darles la suficiente comida. 
En cambio, nosotros/as tenemos que estar agradecidos por las personas privilegiadas que somos, ya que nuestros papás trabajan en algún rubro fijo, dan todo lo está que a su alcance, tenemos comida todos los días, un techo calentito donde vivimos, ropa para resistir este invierno, etc.
En mi caso, lo empecé a valorar tarde, porque no me daba cuenta y que realmente me ayudan en todo, cuando otras familias no tienen nada y viven del día a día.
En conclusión, en Argentina vamos muy bien en comparación de los demás países, gracias al presidente por tomar las medidas necesarias para no contagiarnos y ayudarnos entre todos/as.
Martina Meza



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